El Azulmarino y su especial conexión con el Palau d’Esports de Son Moix

El Azulmarino Mallorca Palma siente el calor de su respetable con especial delicadeza. El elenco isleño aumenta sus prestaciones de forma evidente cuando desafía sus habilidades en su hogar. El testimonio perfecto a esta circunstancia es la maravillosa marca que atesora el cuadro balear en el Palau d’Esports de Son Moix. El bloque palmesano ha salido victorioso en 10 de los 11 envites con los que ha tenido que lidiar en suelo mallorquín. La Salle Melilla es el único adversario que ha logrado vencer en el templo. 

Los resultados son un indicador fiable para evidenciar el particular vínculo que se genera entre el equipo y sus seguidores más fidedignos. En las 10 citas como local que ha disputado el Azulmarino, uno de los hechos que sobresale por encima del resto es la solvencia con la que el grupo ha resuelto los compromisos. En los encuentros en los que ha vencido, que son el 90,91%, sus oponentes han caído por 20,4 puntos de media. 

El factor cancha es muy relevante en un campeonato tan equilibrado como la Liga Femenina Challenge y puede ser un elemento diferencial para todos los clubes. Una de las recetas esenciales para esta incuestionable mejoría del batallón insular pasa por el mayor número de partidos que afronta en casa en esta segunda vuelta.  

Este domingo, el Azulmarino Mallorca Palma se mide al Leganés a las 12 horas en el Palau d’Esports de Son Moix. El cuarto clasificado recibe al líder en una de las contiendas más esperadas de la liga. El equipo aborda este choque con claros signos peculiares con la pretensión de elevar esta bonita unión que existe con los aficionados a su máxima expresión.

El grupo encadena cinco victorias consecutivas; en algunos de estos enfrentamientos ha podido brillar, en otros, se ha visto obligado a practicar ejercicios de resiliencia para poder reinar en los compases finales del duelo. En esta competición tan mágica como impredecible, el apoyo de la gente posee un peso muy grande.